¿Quién va a orientarlas o escucharlas cuando necesiten? Está comprobado que las personas que tienen un diálogo fluido con los padres tienen menos posibilidades de caer en situaciones lamentables como las drogas o las pandillas. ¿Qué puede hacer pensar que la anorexia es algo diferente?
Es difícil pensar que a una de estas chicas les vamos a abrir la boca y la vamos a alimentar por un embudo como patos de plato francés, pero si desde niñas los padres hablan con ellas tal vez no veamos por ahí a muchachas que parecen colgarse la ropa.
Pero volvamos a la culpa de las chicas. Su mundo indiferente hace que sólo piensen en ellas. El viejo refrán hippie: “Suicídate, pero no salpiques” no aplica aquí, pues estas criaturas esqueléticas salpican a todos el que más puedan.
Al dejar de comer ponen en crisis moral, sicológica, financiera y hasta de pareja a los padres, hermanos amigos parientes, novios, etc. La crisis que generan es muy grande, pero como su mundo es tan chico que sólo caben ellas, no ven la catástrofe que provocan.
Quisiéramos que las cosas fueran fáciles como antes. Nuestros abuelos y padres se criaron con rejo, pero no se traumatizaron ni fueron anoréxicos. Tal vez eso es lo que necesitan estas muchachas insensatas. Nos caen gordas, las flacas esas.
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