miércoles, 19 de agosto de 2009

UNA CIUDAD DE CONTRASTES

Es curioso sentir que en sólo cien metros puedes pasar de una ciudad a otra, se puede hacer sin salir de Cali y solo avanzando la calle quinta que divide al centro del antiguo barrio de "San Antonio".

En "San Antonio" observamos parte de la ciudad, como es el viejo Cali, la cual está caracterizada por la arquitectura de sus casas que están construidas con diseños antiguos, sin importar el paso de los años y la evolución, estas siguen intactas y bien cuidadas. Aquellas edificaciones son grandes, sus techos son altos, sus puertas enormes y de madera, los ventanales tienen forjas de diversas formas que los hacen lucir elegantes y le dan un toque característico.

La arquitectura que tienen éstas, en particular poseen mucha similitud con las del Valle del Cauca, que se identifican por sus inmensos pasillos y sus grandes solares que tienen hermosos jardines, aparte de ello, tienen muy buena iluminación.

Antes de bajar hacia el centro de Cali, en "San Antonio", un barrio inmensamente tranquilo se puede ver sus pequeñas calles angostas y la gente que camina en ellas.

En lugar de tránsito de otros lugares, allí se encontraban monjitas atravesando desprevenidas los andenes; además ver la gente subiendo y bajando a pie o en bicicleta, y otras personas en las esquinas dando un saludo mañanero e intercambiando los acontecimientos del día.

En la iglesia de "San Antonio" percibimos que los sonidos son muy melodiosos, especialmente el cantar de los pájaros y el de una mañana en paz. En este lugar se siente tanta placidez que no se cree que uno estuviera en una ciudad y menos en una Capital como lo es esta. Como la gente está en sus casas se escucha pregoneros al viejo estilo que venden frutas, trapeadores, los que afilan los cuchillos y hacen sonar una especie de armónica de plástico; todos estos parecen sonidos de una ciudad que no existe que los viejos añoran con pasión.



Ya dejando el barrio de "San Antonio" y pasando por la calle quinta con quinta, vamos entrando al centro donde el contraste que tenemos con el barrio de "San Antonio" es inmenso. En el centro encontramos edificios altos, bonitos, y feos por su descuido, algunos con olores característicos como el de los orines y excrementos.

Encontramos que hay locales donde venden variadas cosas, podíamos observar la mezcla de construcciones tanto antiguas como modernas. También percibimos gente de traje, señoras muy bien vestidas y todos con algo de prisa, al parecer todos trabajando, al igual que ellos nosotros solo íbamos de paso queriendo hacer nuestro trabajo.


Después de haber hecho un largo recorrido desde la iglesia de "San Antonio" hasta la "Plaza Caicedo", nos hemos dado cuenta que los sonidos cambian totalmente, pues se maneja un estrés o un agite mucho más fornido, empezando por algunas personas tan imprudentes que quieren llevarse a todo el mundo por delante y se vuelven locos pitando, aun los vendedores ambulantes y de locales con sus ruidos grotescos que nos aturden.

En la plaza podíamos notar que había demasiada gente, entre estos, los lustrabotas, que desde muy temprano llegan a ejercer su labor, otros como los vendedores ambulantes que se mantienen activos gritando, y los viejitos que se reunen a charlar o analizar lo que sucede.

En general disfrutamos de nuestro paseo de "San Antonio" hasta la "plaza caicedo", y nos dimos cuenta que Cali no es una sola, y que puede haber una ciudad distinta de una calle a otra.

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