martes, 25 de agosto de 2009

“LAS FLACAS QUE NOS CAEN GORDAS"

Una de las cosas que más me enfurece es que en este planeta, en el que la mitad de la población no tiene qué comer, haya chicas estúpidas que deciden no comer o vomitar lo que comen para conservar la figura.
Pobrecitas. Lo que no saben estas esclavas de la moda y el mercadeo es que los maricas que dictan las tendencias de lo que las mujeres usan ven a las mujeres como eso: con ojos de marica y no entienden que a los hombres les gusta un prototipo de mujer que está lejos de la anemia y la anorexia.
El problema es que estas chicas no comprenden de ninguna manera; no hay consejo que valga, no hay sicólogo que les de con el chiste. La cosa debe tomarse por los cuernos con medidas radicales. No es culpa de ellas del todo. También es de los padres ausentes que dejan que se críen solas y en algunos casos en manos de familiares o extraños.

¿Quién va a orientarlas o escucharlas cuando necesiten? Está comprobado que las personas que tienen un diálogo fluido con los padres tienen menos posibilidades de caer en situaciones lamentables como las drogas o las pandillas. ¿Qué puede hacer pensar que la anorexia es algo diferente?

Es difícil pensar que a una de estas chicas les vamos a abrir la boca y la vamos a alimentar por un embudo como patos de plato francés, pero si desde niñas los padres hablan con ellas tal vez no veamos por ahí a muchachas que parecen colgarse la ropa.

Pero volvamos a la culpa de las chicas. Su mundo indiferente hace que sólo piensen en ellas. El viejo refrán hippie: “Suicídate, pero no salpiques” no aplica aquí, pues estas criaturas esqueléticas salpican a todos el que más puedan.

Al dejar de comer ponen en crisis moral, sicológica, financiera y hasta de pareja a los padres, hermanos amigos parientes, novios, etc. La crisis que generan es muy grande, pero como su mundo es tan chico que sólo caben ellas, no ven la catástrofe que provocan.

Quisiéramos que las cosas fueran fáciles como antes. Nuestros abuelos y padres se criaron con rejo, pero no se traumatizaron ni fueron anoréxicos. Tal vez eso es lo que necesitan estas muchachas insensatas. Nos caen gordas, las flacas esas.









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miércoles, 19 de agosto de 2009

UNA CIUDAD DE CONTRASTES

Es curioso sentir que en sólo cien metros puedes pasar de una ciudad a otra, se puede hacer sin salir de Cali y solo avanzando la calle quinta que divide al centro del antiguo barrio de "San Antonio".

En "San Antonio" observamos parte de la ciudad, como es el viejo Cali, la cual está caracterizada por la arquitectura de sus casas que están construidas con diseños antiguos, sin importar el paso de los años y la evolución, estas siguen intactas y bien cuidadas. Aquellas edificaciones son grandes, sus techos son altos, sus puertas enormes y de madera, los ventanales tienen forjas de diversas formas que los hacen lucir elegantes y le dan un toque característico.

La arquitectura que tienen éstas, en particular poseen mucha similitud con las del Valle del Cauca, que se identifican por sus inmensos pasillos y sus grandes solares que tienen hermosos jardines, aparte de ello, tienen muy buena iluminación.

Antes de bajar hacia el centro de Cali, en "San Antonio", un barrio inmensamente tranquilo se puede ver sus pequeñas calles angostas y la gente que camina en ellas.

En lugar de tránsito de otros lugares, allí se encontraban monjitas atravesando desprevenidas los andenes; además ver la gente subiendo y bajando a pie o en bicicleta, y otras personas en las esquinas dando un saludo mañanero e intercambiando los acontecimientos del día.

En la iglesia de "San Antonio" percibimos que los sonidos son muy melodiosos, especialmente el cantar de los pájaros y el de una mañana en paz. En este lugar se siente tanta placidez que no se cree que uno estuviera en una ciudad y menos en una Capital como lo es esta. Como la gente está en sus casas se escucha pregoneros al viejo estilo que venden frutas, trapeadores, los que afilan los cuchillos y hacen sonar una especie de armónica de plástico; todos estos parecen sonidos de una ciudad que no existe que los viejos añoran con pasión.



Ya dejando el barrio de "San Antonio" y pasando por la calle quinta con quinta, vamos entrando al centro donde el contraste que tenemos con el barrio de "San Antonio" es inmenso. En el centro encontramos edificios altos, bonitos, y feos por su descuido, algunos con olores característicos como el de los orines y excrementos.

Encontramos que hay locales donde venden variadas cosas, podíamos observar la mezcla de construcciones tanto antiguas como modernas. También percibimos gente de traje, señoras muy bien vestidas y todos con algo de prisa, al parecer todos trabajando, al igual que ellos nosotros solo íbamos de paso queriendo hacer nuestro trabajo.


Después de haber hecho un largo recorrido desde la iglesia de "San Antonio" hasta la "Plaza Caicedo", nos hemos dado cuenta que los sonidos cambian totalmente, pues se maneja un estrés o un agite mucho más fornido, empezando por algunas personas tan imprudentes que quieren llevarse a todo el mundo por delante y se vuelven locos pitando, aun los vendedores ambulantes y de locales con sus ruidos grotescos que nos aturden.

En la plaza podíamos notar que había demasiada gente, entre estos, los lustrabotas, que desde muy temprano llegan a ejercer su labor, otros como los vendedores ambulantes que se mantienen activos gritando, y los viejitos que se reunen a charlar o analizar lo que sucede.

En general disfrutamos de nuestro paseo de "San Antonio" hasta la "plaza caicedo", y nos dimos cuenta que Cali no es una sola, y que puede haber una ciudad distinta de una calle a otra.

martes, 4 de agosto de 2009

“El COMUNICADOR SOCIAL DE AQUÍ Y DE AHORA”

El papel que desempeña el “Comunicador Social” en la actualidad en un contexto de tiempo y de espacio en el que se desarrolla, y el contexto que vivo yo como estudiante de “Comunicación Social” en la universidad Santiago de Cali en (Cali), Colombia es la comunicación enfocada a la información, al manejo de las noticias que tienen importancia desde un ángulo que me limita la verdad, que siempre es imparcial y que tiene como objetivo el beneficio de otros basada en una investigación seria con el propósito de dignificar cada día la profesión.

En nuestro ambiente nos encontramos en una sociedad multicultural, lo que no sucede en muchas regiones que poseen una sola cultura, además contamos con muchos medios de información como son la radio, la televisión, la prensa hablada y escrita, el internet, etc.

Contamos además, con unos medios de comunicación que tiene mucha influencia en la sociedad, que políticamente se han posicionado y que tienen en cierta forma la responsabilidad de los cambios sociales.

En las comunicaciones que recibimos a veces nos muestran realidades que por lo general no son ciertas, pero que nosotros como televidentes creemos que lo son, desafortunadamente nuestros medios vistos nos engañan haciéndonos creer lo contrario.

En nuestra realidad vivimos en un conflicto interno, con muchos actores, en donde hay muchas herramientas para hacer noticia, que a veces informa y a veces desinforma. En otras palabras, por ejemplo las “noticias” acerca los realities y farándula no son tales: no hay hechos imprevisibles, originales, inéditos, relevantes en cantidad o jerarquía de implicados, ni novedosos, en el sentido de que impliquen una “ruptura”, es decir, la televisión ha dado ha salto de mostrar la realidad a ser productora de realidad; tampoco tienen proyecciones importantes a futuro.

En un país como el nuestro donde existe la Multiculturalitas, donde existen gran cantidad de etnias indígenas, afro descendientes, gitanas, etc. Donde cada una de ellas posee su propio alfabeto, su propia lengua, sus propios medios de comunicación.
Esto nos exige mayor compromiso por parte de nosotros los comunicadores que debemos de expresarnos y desarrollar nuestros campos de acción hacia todo tipo de público, y no centralizarnos en la sociedad urbana que es la que abarca la mayor parte de los medios de comunicación de nuestra sociedad actual.

Nuestra sociedad colombiana presenta muchas desigualdades sociales, se cometen muchos atropellos en donde se tiene muchas herramientas de reflexión. Además nuestro sistema político está basado en una constitución que se violentan continuamente; una cosa es lo que está escrito y otra lo que realmente se aplica.
Vemos como la supuesta libertad de expresión que tenemos los comunicadores no es más que una suposición, ya que si nos expresamos imparcialmente siempre hay una persona afectada para mal que puede tomar represalias en contra de estos (los comunicadores).

Los géneros en la televisión pública se definen como sistemas de orientaciones, expectativas y convenciones que circulan entre la industria, los sujetos espectadores y el texto. Tradicionalmente, los géneros televisivos se dividen en: los referenciales y los ficcionales. El primero como son los noticieros, programas de análisis político-económicos, documentales, etc.; y el siguiente como son las telenovelas, unitarios, series, etc. Estos géneros cumplen una función taxonómica: clasifican los distintos programas. Pero, además, tienen una función cognitiva: indican al receptor que grado de “realidad” debe atribuir a aquello que se le presenta en pantalla.

Esa función cognitiva y las expectativas que supone se vuelven difusas en el género “reality show”. La antigua distinción entre ficción y referencialidad se desvanece: ¿hasta qué punto lo que muestra el programa es la realidad? ¿No es un contrasentido hablar de un “show” de la realidad?

Según mi criterio se debería verse como una ficción, en gran medida el marketing del programa se basa en la idea de que las cámaras muestran “la realidad en vivo y en directo”. En total, el programa ocupa la pantalla del canal más de 28 horas semanales. Se dice que hay un conductor y un movilero o enviado especial que cubre la expulsión de los participantes. Sostiene que los denominados géneros de tele-realidad promueven una espectacularizacion de lo cotidiano: el placer de mirar, leer, saber de la vida privada se ha desplazado de los famosos…. A la posible historia oculta de cualquier ciudadano. Concluido el juego, el personaje común se vuelve una estrella. Pero no por mucho tiempo. La mayoría desaparece del ojo público inmediatamente; unos pocos permanecen como modelos o vedettes. En sí, lo que vemos en nuestro alrededor, es cada vez menos acontecimientos, es decir, hechos que ocurren independientemente de ella, y que ocurrirán aun si no existiese, y más espectáculos-episodios atravesados por lo mediático.